La  estancia de un niño en una unidad de cuidados intensivos conlleva estrés y disconfort, tanto físico como psicológico, reconocidos como factores negativos y directamente relacionados con el tiempo de recuperación, por lo que es fundamental la valoración sistemática del dolor, así como de la sedación.

La aplicación de un Protocolo de Sedación Guiado por Enfermería permite una optimización de la medicación sedante lo que lleva asociado multitud de beneficios.

¡Después de hacer este curso no vais a querer sedar de otra forma!